domingo, 13 de abril de 2014

Miedo, frustración, sufrimiento

Los aspies crecemos con padres a los que no les molestan los ruidos que a nosotros nos vuelven locos, no les duelen los ojos con las luces, no se les revuelve el estómago con los olores.
Su piel soporta mucho más que la nuestra, sus cuerpos se coordinan mejor, son más rápidos para hacer las cosas, creen que ir a un centro comercial repleto es entretenido y que ir a un parque lleno de niños nos va gustar y nos lo vamos a pasar estupendamente.

Y esta es la gente que ha de velar por nuestro bienestar y hacernos sentir a salvo. Pero ¿Cómo? Pierden la paciencia y no le dan importancia a nuestras necesidades si no coinciden con las suyas o con las que creen que debemos tener. No nos ven, no nos escuchan. Tienen una imagen de lo que debe ser su hijo y nos intentan hacer encajar como sea. Nos diagnostican y pasamos a ser defectuosos, otra imagen es generada con las etiquetas que nos ponen los especialistas y los médicos. Y da igual gritar y desgañitarse porque somos invisibles, sólo esas imágenes existen para ellos... ¿Por qué creen que un tercero por más títulos que tenga va a saber más de lo que necesitamos que nosotros? ¿Por qué no podéis preguntarnos y escucharnos para conocer nuestras necesidades?

Crecemos con miedo, un miedo profundo, hondo e infinito porque no sabemos que cosa crucial para nosotros se os va a olvidar porque no le dais importancia, no sabemos que peregrina idea de educación se os va a ocurrir, porque no sabemos a cuantas torturas psicológicas nos van a someter en aras de la "adaptación".

¿Por qué no podéis superar esas imágenes que creáis y os tomáis el trabajo de conocernos? A nosotros, como personas.

La sociedad ya nos hace bastante daño, pero esa es su esencia, ¿no? La gente siempre se está haciendo daño. Hay competencia, codicia, avaricia, envidia... guerra. Esa es la "maravillosa" sociedad. ¿Eso es a lo que nos tenemos que adaptar?

¿Por qué? ¿A qué precio?

Nacemos en soledad y crecemos en frustración, sintiéndonos absolutamente impotentes frente a todos los adultos que nos dañan sin querer y a todos los niños que nos dañan porque es divertido. Sólo la edad adulta trae un poco de paz, o no, depende de la familia que nos ha tocado, depende del daño emocional con el que llegamos a esa edad.

Por eso la sociedad para quien la quiera, yo no. Creo que está profundamente enferma y que lo que tenemos que hacer no es adaptarnos sino ser, SER profundamente nosotros mismos y así, con suerte, será la sociedad la que aprenda a adaptarse a la gente honesta, directa y tranquila como nosotros.
Porque, seamos sinceros, ¿a dónde va esta sociedad encaminada ahora mismo?






1 comentario:

  1. Estoy realmente contenta de haber encontrado tu blog.
    Fascinación es poca la que me ha generado tu último párrafo en este post, ya que es mi pensamiento escrito y explicado de una forma sencilla y absoluta.
    Ya formas parte de mis marcadores favoritos. Sí, aquí voy a encontrar paz.
    Gracias.

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